Ramón Vera Herrera en "Equilibrio momentáneo" (2019).
El periodismo se ha estudiado como una práctica que, a través de la narración de los acontecimientos, ofrece un reflejo de la realidad, del mundo que está fuera de nuestras casas o incluso dentro de ellas. En esta investigación, se observa el discurso periodístico, no solo como aquel que da cuenta de la realidad, sino también como una herramienta para narrar otros mundos, mundos posibles, que configuran, en quienes leen estos discursos, nuevas comprensiones del mundo y formas de habitarlo. Esta propuesta se estudia específicamente en el caso del periodismo comunitario enfocado en la defensa del territorio, dado que, en estos contextos, la comunicación cumple un papel clave en la vida simbólica de los territorios, donde la producción de narrativas implica una disputa sobre el sentido, muchas veces impuesto y predominante.
Es importante aclarar que el análisis de las narrativas periodísticas en clave comunitaria, estudiadas como una actividad emancipadora de las narrativas hegemónicas, no se realiza con la intención de calificarlas, sino con el propósito de mapear de manera consciente las relaciones de sentido de las narrativas que nos rodean, rigen y legitiman nuestras miradas sobre el mundo.
Esta investigación comenzó en el interés por una red de periodistas y profesionales de la comunicación que, al observar el diverso y complejo panorama informativo —compuesto por medios, fuentes y canales que las personas utilizan para acceder a noticias, datos y conocimientos— decidieron experimentar con diferentes enfoques, técnicas y formatos para la producción informativa del proyecto "Periodismo de lo posible: Historias desde los territorios". Su objetivo: ampliar las narrativas disponibles para que la ciudadanía pueda percibir, interpretar y actuar sobre su entorno, incorporando una visión centrada en la "esperanza".
Este esfuerzo surge en un contexto de grave deterioro ambiental, marcado por la explotación de bienes comunes como el agua, la fauna y la flora. Estos daños son producto de tensiones entre lo público y lo privado, además de un proceso acelerado de urbanización y modernización excluyente, impulsado por intereses económicos. Proyectos como gasoductos, hidroeléctricas, minas y la contaminación, son ejemplos de actividades que no solo ponen en peligro la vida de los territorios, sino que también amenazan las prácticas y conocimientos de las comunidades, afectando su autodeterminación, cosmovisión, identidad y hogar.
En respuesta, las comunidades han decidido tomar un papel activo. Apuestan por mecanismos de comunicación estratégica, utilizando el periodismo como una herramienta de lucha para que el territorio y su gente sean escuchades y considerades en la toma de decisiones. Así, periodistas comunitarios han desarrollado un enfoque al que llaman “historias de lo posible”, donde no solo se narran las problemáticas que enfrentan los territorios, sino también los logros y éxitos de la organización y la acción colectiva. Para observar el discurso periodístico resultado de la comunicación comunitaria, partimos de este contexto en el que estudiamos el resultado de estos esfuerzos desde las narrativas producidas.
Esta investigación busca explorar los sistemas de relaciones que existen entre las narrativas de defensa del territorio desde el discurso periodístico, abordando la pregunta central:
¿Cómo se articulan el sentido de la defensa territorial desde el periodismo popular y comunitario?
Para reflexionar sobre estas narrativas, primero debemos responder dos preguntas clave: ¿Qué es el territorio? y ¿Qué es una narrativa?
El concepto de territorio puede entenderse de muchas maneras. En esta investigación, partimos de la visión integral del geógrafo Rogério Haesbart, quien conecta factores políticos, económicos, naturales y simbólicos. Desde esta perspectiva, el territorio no es solo un espacio físico, sino un lugar que se construye a través del uso, la apropiación y la significación que le otorgan sus habitantes. En otras palabras, las personas moldean el territorio, al igual que el territorio moldea a sus comunidades. Por eso, cuando se amenaza el territorio físico, también se ponen en riesgo formas de vida, organización, rituales y trabajos que le dan sentido a esas comunidades.
La investigadora María Fernanda Paz Salinas, al reflexionar sobre el "territorio defendido", sostiene que este surge del conflicto, donde interacciones antagónicas y relaciones de poder se cruzan, como en el caso del Estado frente a la gobernanza comunal, los grandes proyectos frente a los pequeños productores, o las tensiones entre hombres y mujeres, y entre generaciones de jóvenes y mayores.
Cuando las formas de vida en un territorio son amenazadas, comienzan procesos de reivindicación —la defensa de lo que se cree un derecho—. Según esta misma autora, estas movilizaciones comunitarias se apoyan en argumentos políticos y socioculturales que se sostienen en cinco dimensiones clave: dimensión colectiva, dimensión productiva, dimensión ecológica, dimensión patrimonial y dimensión sagrada. Estas dimensiones son las que utilizamos para comprender la producción de narrativas periodísticas desde el territorio por lo que a continuación explicaré en que consiste cada una.
Sistemas de gobierno, tenencia de la tierra, procesos de pertenencia, control y autodeterminación.
El territorio como fuente de sustento para la comunidad.
La defensa y el cuidado de los recursos naturales.
La herencia ancestral y el legado para las futuras generaciones.
La cosmovisión o la forma en que las comunidades interpretan y se relacionan con el mundo.
Las narrativas, según Eliseo Verón (1935-2014), quien fue un destacado semiólogo, sociólogo y teórico de la comunicación argentino, son una forma de dar vida a los significados, es decir, representaciones que nos permiten comprender la realidad y relacionarnos con nuestro entorno. Estos significados son dinámicos, ya que se moldean y cambian según el contexto en que se desarrollan, tanto en espacio como en tiempo. Además, las narrativas no se limitan a lo escrito; pueden expresarse a través de acciones, palabras, sonidos o imágenes. No obstante, todas ellas comparten dos elementos fundamentales:
A continuación, explicaré como utilicé estos dos conceptos (territorio y narrativa) para explorar, a través del discurso periodístico, una de las muchas posibilidades de producir y reconocer el sentido sobre el territorio.
Según el académico Miquel Rodrigo Alsina en su libro La construcción de la noticia, las y los periodistas, al transmitir su interpretación de los acontecimientos, construyen narraciones que moldean nuestra percepción de la realidad. Estas narraciones se convierten en el recurso a través del cual la ciudadanía interpreta su entorno, transformando esa realidad en una "realidad pública". Esta realidad pública es la forma en que, como sociedad, entendemos e interpretamos los hechos sociales y políticos que nos rodean. Está influenciada por lo que se dice en los medios de comunicación y en el debate público, lo que a su vez afecta la manera en que las personas perciben los problemas y participan en la vida social.
Cada narración está condicionada por las rutinas, roles y prácticas que guían la producción de la noticia, lo cual genera diversas posibilidades de efectos de sentido. En este caso, nos enfocamos específicamente en el discurso sobre la defensa del territorio desde la perspectiva de la comunicación popular y comunitaria. Para entender el concepto de comunicación comunitaria, recuperamos una de las múltiples definiciones disponibles:
Dornelles, Beatriz (2008, p. 103).
El estudio de la producción de sentido desde la comunicación popular y comunitaria es pertinente, ya que proporciona una perspectiva que permite contrastar las narrativas dominantes. En este contexto, el discurso periodístico emerge como una herramienta clave en la comunicación popular, al permitir que las comunidades expresen sus realidades y construyan narrativas propias sobre sus territorios en todas sus dimensiones. A través del periodismo comunitario, estas voces, según señala la académica Margarida M. Krohling (2017), contribuyen a nutrir la diversidad y democratización del debate público.
El discurso de estas comunidades no solo denuncia injusticias, sino que, en un acto de resistencia, reivindica formas de conocimiento históricamente desplazadas. Al narrar “mundos otros” —es decir, otras realidades, maneras de vivir y formas de relacionarse con el entorno— se generan nuevas posibilidades de conocimiento e interpretación, tanto para quienes habitan estos territorios como para quienes no, promoviendo el reconocimiento de la diversidad cultural, la vivencia de las luchas sociales y la construcción de identidades comunitarias que buscan el respeto hacia otros saberes y formas de vida.
Para entender cómo se construye el sentido sobre la defensa del territorio y su reconocimiento a través del discurso periodístico, se usó la teoría de la discursividad de Eliseo Verón, publicada en el libro de "La semiosis social" en 1993. Esta teoría se basa en la semiótica, que es el estudio de los signos y cómo estos transmiten significados. Verón se apoya en dos grandes pensadores: Saussure, que veía al signo como algo formado por dos partes (la imagen y el concepto), y Peirce, que propuso una forma más compleja de ver los signos, incluyendo tres elementos.
En los años sesenta, comenzó a hablarse del "discurso", un concepto que va más allá de solo las palabras o el lenguaje. Verón explica que este nuevo enfoque sobre el discurso busca romper con la idea simple del signo y adoptar una manera más compleja de entender cómo creamos significado. Su teoría de la discursividad, o de los discursos sociales, se enfoca en cómo se construyen y comunican los significados en el mundo real, lo que también la hace útil para entender fenómenos sociales.
La comunicación popular y comunitaria es una forma de generar y difundir discursos desde las comunidades, sobre todo en contextos de lucha social, como la defensa del territorio. Estos espacios comunicativos se caracterizan por ser horizontales, participativos y profundamente ligados a la identidad y las necesidades de la comunidad. Es decir, la comunidad no solo es espectadora, sino también productora activa de los discursos que la representan.
La teoría de Verón nos ayuda a analizar cómo se produce y circula el sentido en estos entornos, entendiendo que cada discurso es un fragmento de una red más amplia de significados sociales.
Para Eliseo Verón, la ideología no es una estructura fija o un conjunto de ideas impuestas, sino que está estrechamente relacionada con las posibilidades de conocimiento que ofrece un discurso social en un momento y contexto determinados. En lugar de ver la ideología como un contenido explícito o una propaganda directa, Verón la concibe como el conjunto de significados potenciales, que un discurso social puede generar y ofrecer a sus receptores.
En su enfoque, la ideología no reside en el mensaje que se transmite de manera evidente, sino en las relaciones que se establecen entre el discurso y sus condiciones de producción. Es decir, lo ideológico en un discurso social está en las huellas que este deja sobre las condiciones que lo producen, y en cómo estas condiciones influyen en la manera en que el discurso puede ser comprendido y reconocido por los diferentes actores y actoras.
Eliseo Verón entiende el poder en términos de efectos de sentido dentro de su teoría de los discursos sociales. Para él, el poder no se limita a una relación jerárquica o a una imposición directa, sino que se manifiesta en cómo los discursos producen y organizan efectos de sentido que inciden en las prácticas y representaciones sociales.
El poder, según Verón, se inscribe en la red de relaciones discursivas y puede observarse en cómo los discursos circulan, son interpretados y generan respuestas en los distintos actores sociales. Estos efectos de sentido no son meramente informativos, sino que influyen en la manera en que las personas comprenden, aceptan o resisten las realidades sociales y políticas, por mencionar algunas.
En este contexto, el poder no es algo externo al discurso, sino que se materializa a través del discurso al generar formas de conocer la "realidad" a partir de significados que impactan y estructuran las relaciones sociales.
Para analizar la producción de sentido sobre la defensa del territorio y su reconocimiento se analizó el caso de la primera temporada del podcast "Periodismo de lo Posible: Historias desde los Territorios"(escuchar), una iniciativa de las organizaciones Ojo de Agua Comunicación, Redes por la Diversidad, Equidad y Sustentabilidad A.C. (REDES A.C.), Quinto Elemento Lab y La Sandía Digital. Estas organizaciones impulsan el proyecto para que comunicadoras y comunicadores populares y comunitarios cuenten sus historias de lucha y defensa de derechos, identidad y territorio desde un enfoque de periodismo de soluciones. Las historias abordan temas como la contaminación de un río, la deforestación y la resistencia contra proyectos mineros, gasoductos y embotelladoras. Esta iniciativa surgió a partir de una convocatoria en la que se seleccionaron 12 historias, desarrolladas en un taller de investigación periodística y periodismo narrativo. Para su análisis, desde la teoría de los discursos sociales de Verón, se emplearán los conceptos propuestos en la sección anterior.
De manera general, el análisis de esta iniciativa se dividió en 3 fases:
1. El discurso de referencia (Di), este discurso se analizó a partir del propio producto significante, en este caso, los episodios del podcast Periodismo de lo Posible.
2. Gramática de producción discursiva P(Di), este proceso en la producción de la narrativa periodística se analizó a partir de la convocatoria y descripción de la iniciativa, y entrevista con una de las integrantes que impulsa el proyecto.
3. Gramática de reconocimiento R(Di), los discursos de reconocimiento se analizaron a partir de dos grupos de escucha del podcast y diálogo sobre el mismo.
Aunque se utiliza en la metodología el análisis del discurso, no fue con el propósito estudiar el lenguaje en sí mismo, sino en identificar las características clave del mensaje que queremos analizar. Para ello, se dividió el mensaje en categorías que correspondan a diferentes partes del discurso. Esto permitió que se rastrearan ideas o unidades discursivas entre los procesos de producción y reconocimiento de la narrativa, buscando patrones y relaciones discursivas a la que se les nombra "huellas", es decir, propiedades significantes cuya relación se establece en las condiciones de generación o de reconocimiento.
A continuación, desarrollaré la explicación de este análisis intradiscursivo, a partir de una doble hipótesis propuesta por Verón en la teoría de los discursos sociales:
Todo fenómeno social es un proceso de producción de sentido y toda producción de sentido es social. Asimismo, todo significado es intradiscursivo, es decir, el sentido que dota a las narrativas solo es posible por la relación que tiene con otras narrativas, solo podemos conocer el comportamiento del sentido a partir de su sistema relacional, nunca con el análisis de la narrativa en sí misma. Dicho esto, se advierte que lo que se leerá a continuación no examina el contenido específico de las narrativas estudiadas, sino que busca explicar las operaciones discursivas que crean otras formas de representar lo real, la manera en que, a través de su narración, construyen mundos posibles.
Bajo esta perspectiva quiero explicar que el territorio es por sí mismo, una configuración de sentido intradiscursiva que se sostiene en múltiples dimensiones: sagrado, patrimonial, ecológico, colectivo y productivo. Todas estas dimensiones se constituyen a través de interacciones sociales que generan narrativas en códigos propios para representar e interpretar lo real, esas narrativas son las que le dan vida a los territorios. Además, estas narrativas —a partir de la interacción de diversos actores con sus propias narrativas y reglas productivas— generan disputas de sentido sobre el territorio, lo cual refleja las contiendas presentes en las interacciones sociales como es el despojo de los bienes comunes.
Como resultado de esta doble interacción en las dimensiones del universo de lo social y lo significante, surge una nueva narrativa: la defensa del territorio. Esta narrativa, sin embargo, no es independiente, sino que se genera a partir de las mismas narrativas que sostienen el sentido del territorio, por ejemplo la cultura, la memoria, la identidad y la autodeterminación.
En este análisis encontramos, en las gramáticas de producción de sentido, un repertorio amplio pero naturalmente limitado de discursos que sostienen las narrativas sobre el territorio defendido. Sin embargo, recordemos que al inicio de esta investigación, acentué mi interés en explorar los esfuerzos del periodismo comunitario por ampliar las narrativas disponibles en torno a la defensa del territorio, especialmente aquellas cuyo eje de producción es la “esperanza” o lo “posible”. Por ello, dedicaré la siguiente sección a explicar a manera de conclusión lo que hallé en el estudio de la iniciativa de periodismo de lo posible.
Con el objetivo de profundizar en lo observado en este análisis, y a reserva de sonar repetitiva, es fundamental destacar que las narrativas son maneras de mirar y entender el mundo. Estas narrativas no son estáticas; entran en disputa tanto en su significado como en las tensiones que surgen en las interacciones sociales. En este contexto, las narrativas se ven afectadas por diversos elementos que, aunque no son considerados por Verón por el propio interés de su teoría, son relevantes y han sido objeto de estudio: los poderes políticos y económicos. Estos elementos influyen en la circulación y en la instauración de gramáticas de producción y de lectura sistematizadas sobre lo real, lo que posibilita narrativas predominantes sobre el territorio y su defensa. Estas narrativas pueden estar cargadas de discursos en lo que predominan los intereses económicos y políticos sobre los códigos de los propios territorios bajo el discurso del “desarrollo”.
Además, las disputas de sentido en el ámbito social están marcadas por la violencia, una violencia que, por la naturaleza del periodismo, debe ser denunciada. Sin embargo, en el complejo panorama informativo actual, donde las dinámicas de producción de discursos periodísticos son rápidas y a menudo caóticas, junto con los discursos predominantes que enfatizan la violencia en las luchas sociales, el proyecto de Periodismo de lo Posible busca establecer nuevas reglas de producción y lectura. Este enfoque se centra en narrar la vida y la resistencia de los territorios desde una perspectiva de esperanza, en lugar de violencia. No se trata de negar la violencia, sino de contar las historias desde otro ángulo del mosaico de experiencias y significados que dan vida a los territorios.
Este enfoque tiene un impacto significativo en la dimensión social del sentido, ya que genera interacciones con el propósito de reconocer nuevos códigos para interpretar y representar la vida del territorio. Así, se reivindican las lecturas sistematizadas que guían nuestra comprensión de la realidad.
Asimismo, como un acto social de emancipación de la vida territorial y de las narrativas predominantes que legitimizan una mirada del mundo excluyente, el periodismo comunitario, a través de sus propias operaciones significantes y sociales, construye mundos otros. Estas representaciones configuran lo real dentro de su territorio. En el caso de la iniciativa del periodismo de lo posible, estas operaciones se basan en un sistema de producción colaborativa y participativa. Aquí, a partir de las experiencias y marcos cognitivos de la comunidad, se generan nuevos códigos para narrar esos otros mundos. Por lo tanto, en los análisis intradiscursivos, se mapean los discursos de comunicación comunitaria y educación popular, contribuyendo a una democratización del sentido en el ámbito del espacio público.
Esta investigación, por su propia naturaleza, presenta límites, y los resultados que se obtienen no son definitivos. Al igual que el periodismo, el discurso generado a partir de este estudio ofrece solo una alternativa para interpretar la realidad. Sin embargo, estos hallazgos abren una ventana significativa para el estudio del comportamiento del sentido, contribuyendo a una comprensión más amplia del periodismo y su función social y significativa.
Al reconocer que el periodismo no es simplemente una representación objetiva de la realidad, sino un proceso dinámico de construcción de significados, se hace evidente cómo influyen las narrativas en la percepción pública. Esto resalta la importancia de investigar no solo las historias que se cuentan, sino también cómo se cuentan y quiénes tienen voz en esos relatos.
Agrega un pie de página si esto aplica a tu empresa
Copyright © 2024 SINERGIA - Todos los derechos reservados.
Con tecnología de GoDaddy
Usamos cookies para analizar el tráfico del sitio web y optimizar tu experiencia en el sitio. Al aceptar nuestro uso de cookies, tus datos se agruparán con los datos de todos los demás usuarios.